Por más que doy vueltas a mi mente y en medio de muchas ocupaciones, no se cómo comenzar esta nota. No se si con un reclamo, con un grito a los cielos, con un señalamiento agresivo o con unas maldiciones. Creo que lo mejor será hacerlo de manera directa: el panismo está destruyendo al país.
El cinismo con el que se burlan de la población ya es insoportable. Claro que no son los únicos: es toda una clase política que se mueve siguiendo el principio de "chingar y a hacer negocio", pero encabezada por el grupo en el poder. Sencillamente "no tienen llenadera", diría López Obrador.
Voy a enumerar tan sólo los puntos que en este momento me vienen a la memoria, totalmente ofensivos a nuestra sociedad. Y todos son solapados, realizados o escondidos por el panismo gobernate y la demás clase política.
1. La guerra contra el narco. ¿Que hay que apoyar al presidente para que a los niños no les lleguen las drogas? Es absurdo una idea similar, ¡que ningún niño conozca la maldad del mundo! ¡Por favor! Con eso sólo se consigue que la venta de las drogas sea más redituable. ¡Ingenuo quien crea que agarrando narcos se acaba con el consumo o la venta! ¡A legalizarlas! ¡Todas! El dinero que se invierte en "la lucha contra el narco" se dirija al sector salud, a prevención y rehabilitación. Así como hay industrias legales que venden drogas como tabaco y alcohol que cumplen con las mínimas normas de "salud", de igual manera que pase con la mota y con la cocaína. Más que esta absurda guerra, el "gobierno" debería preocuparse por los derechos "elementales" que debería procurar a los mexicanos.
2. Elba Esther y su poder. Esta señora encarna (o reencarna más bien) todo lo que los sindicatos no son. ¡Son los pilares de la lucha obrera! ¡Cuantos millones de personas en todo el mundo el siglo anterior murieron para defender la figura sindical! Pero esta señora, que representa al sindicato más grande de América Latina, el SNTE, no es lo que Lenin o Marx figuraban en sus manifiestos. Hummers, programas de televisión, guaruras, ¡ignorante ricachona a costa de los presupuestos magisteriales, capaz de vender su poder de movilización político al mejor postor! ¡Dirigente vitalicia se autoerigió! ¡Una auténtica burla a los verdaderos héroes postrevolucionarios que se dedicaron a alfabetizar al pueblo abandonado! Y para ellos, olvido y ¡nada!
3. El IFE y la farsa democracia. Lo que ha ocurrido en Iztapalapa con la candidata Brugada del PRD no debe sorprender a nadie. ¿Pero es que acaso no el Tribunal Electoral no fue el que hace 3 años dijo que Fox puso en riesgo la elección presidencial y que fueron sucias? ¡Ah si, pero también dijo que no había razón para anularlas y menos para contar las boletas una por una! El IFE y todo el aparato (o teatro) democrático han colapsado. Ya no tiene como única función organizar y dar certeza a la voz democrática del pueblo. Quizás nunca pudo alcanzar esa función. Ahora, con el panismo más que nunca, su función es poner candidatos a modo según prescripción federal. Ah, pero hablarán que no, que las elecciones del PRD fueron un cochinero y el TriFe vino a sanear. El cochinero es cierto, pero ¿porqué sólo Iztapalapa o porqué Iztapalapa? La razón: Iztapalapa es un bastión de López Obrador y de todo el movimiento del gobierno legítimo. Entonces, no es razón electoral ni democrática, ¡es política! ¡Qué porqueriza ha hecho el PAN!
4. Nepotismo político. La parte más aberrante de la política mexicana. ¡Basta con leer el enredo familiar del dramático caso de la guardería ABC en Sonora para darse cuenta! ¡A vender y a concesionar cuanto servicio social deba ofrecer el Estado! Pero, un momento. ¿A quién se le va a vender, a concesionar? ¡A la prima de mi esposa; no, mejor a mi sobrino; no, mejor a mi prima que ella si la meneo a modo! ¡Son mafias familiares que se han incrustado como hongos en el aparato político! ¡Lean en esta nota nada más para que se den cuenta
quién es la señora presidenta del TEPJF! ¡Miguis miguis del ilegítimo! ¡Quién puede negar el "compló"!
5. La Justicia, ¿ciega?. Callar a aquel que perturbe el orden. Momento, ¿cuál orden? ¿El orden que desmoronó Lydia Cacho por las acusaciones de encubrimiento de pederastia del gober precioso en Puebla? O nos referimos a la justicia que se debe imponer en gobiernos corruptos y autoritarios como el del Peje, que por abrir un camino para un hospital lo separaron de su cargo y a punto estuvo de pisar la cárcel de no ser por el enorme corazón de algunos panistas que pagaron su fianza (¡que risa!). O nos referimos al orden que impusieron los Bribiesca, los hijitos de Martita Sahagún (asegún) de ChenteFox, en aerolíneas y centros turísticos que en el gobierno de su padrastro Chente les concedió. O nos referimos a la justicia que debe existir en esos campesinos resentidos sedientos de sangre que por defender sus tierras de un auténtico despojo, no para el beneficio del pueblo mismo sino para el beneficio de esos que querían su aeropuerto nuevo, los golpearon, violaron, enjuiciaron y condenaron a mas de 100 años de prisión.
¡Que nadie se engañe más, sólo un encumbrado, un ciego o un ignorante podría votar por ese grupo de cerdos mafiosos disfrazados de políticos, que mueve el aparato institucional a su antojo! ¡¿Quién no puede ver que hay un grupo que comanda y dirige las instituciones del país para su beneficio?! ¡¿Quién se atreve a negarlo?!

Tal parece que todos los adelantos y logros sociales y laborales que hace cien años se alcanzaron con la promulgación de la Constitución Mexicana de 1917 se han perdido. Además, que el pueblo tiene su memoria histórica dormida, aletargada, ¡adormilada por ver telenovelas y la porquería que sale de la televisión! ¡Pero más parece que son los políticos los que la tienen en estado comatoso! Me temo que van a comenzar a reaccionar cuando aparezcan algunos políticos muertos a manos del pueblo enfurecido y colmado de sus corruptelas. Lo mismo ocurrió hace cien años cuando el pueblo se cansó, se hartó del robo y del menosprecio al que era sujeto.
Aunque no faltará quien me diga: "Hidalgo, exageras. Nada de eso sale en la tele. Si fuera cierto ya lo hubiera dicho Dóriga o Alatorre."
¡Que despierte la memoria histórica de mi pueblo! Y también la de los gobernantes, por su propio bien.