lunes, 19 de abril de 2010

Si lo que quieres es vivir cien años


Joaquín Sabina se está presentando en el Auditorio Nacional en estas fechas. 6 llenos totales están programados. Para el día en que escribo y se publica esto deben quedarle una o dos fechas quizás. Yo pude asistir a 2 de esos conciertos, miércoles y sábado.

El miércoles el lleno fue a un 90%. Sólo faltaron en llenarse los extremos en segundo piso, y según fuentes simio-lares, el mártes del debut igualmente faltaban esos extremos; pero el sábado fue un lleno absoluto. Al menos había un asiento desocupado y era el que estaba justamente enfrente de mí.

Ambos conciertos fueron un orgasmo total, pero personalmente disfruté más el del sábado, quizás porque iba con un etiqueta roja encima, o porque iba en plan de desmadre o quizás porque la gente estaba más prendida que el miércoles anterior.

Lo que haya sido; Joaquín Sabina dio una muestra de entrega y energía en el escenario. A sus 61 años ya no corre como lo hacía antes, pero sigue pegando de brincos yendo y viniendo de un lado a otro. Venía a promocionar, como fue anunciado, su nuevo disco Vinagre y Rosas. Y de hecho fue así. Habrá tocado 5 o 6 temas de ese disco. De hecho abrió el concierto con Tiramisú de Limón, y el flaco de Úbeda fue recibido con todo el auditorio de pie, y con un borracho llamado Hidalgo gritándole en todo momento "¡¡¡Abuelo, abuelo, una de romanos abuelo!!!".

Jeje, pero se hacía tobías el flaco y no sólo no cantó una de romanos, ¡no cantó ni una sola del emblemático "El Hombre del Traje Gris"! En fin, pero no hubo reclamos en su momento. Digo, ¿quién puede reclamar cuando Sabina canta "Ganas de...", "Cerrado por derribo", "19 días y quinientas noches", "Contigo", "Y sin embargo" precedida por la ya obligatoria "Y sin embargo te quiero"... En fin, el abuelo Sabina dando cátedra en el escenario. Hubo dos momentos, digamos, sorpresivos; uno fue cuando Sabina dejó el escenario diciendo que nos dejaba con Panchito, y en ritmo rockanrolero la banda encabezada por Panchito Varona y Toñito García de Diego se aventaron "Esta boca es mía". Wow, superorgasmo. Otro momento chingón, fue cuando la nueva corista que trae Sabina (buenísima por supuesto, aunque se extraña la voz de Olga Román) cantó el tema que el sub marcos le pidió a Sabina que musicalizara, fue un momento muy cachondón, "como un dolor de muelas aliviado..."

Se aventó más de 30 rolas, más de dos horas el abuelito anduvo cantando y pegando de brincos en el escenario: lo mismo se colgaba la guitarra, que se ponía al lado de Panchito cantando, que se cachondeaba a su corista al ritmo de vals. También se aventó "Peor para el Sol", "Praga", "Viudita de Cliqcot", "Amor se llama el juego" junto con Toñito García, "Una canción para la Magdalena", "La del Pirata Cojo"...¡Sublime el abuelo! Pero personalmente hubo cuatro rolas que causaron mi total elevación al éxtasis: primero, cuando cantó "Por el Boulevard de los Sueños Rotos", todo el auditorio de pie cantando y entregado al flaco; el segundo, cuando cantó "Peces de Ciudad" una de sus mejores rolas de los últimos años, sin lugar a dudas; el tercero, el orgasmo rockanrolero de "Princesa", de hecho el sábado la cantaron con él los chavos del Canto del Loco y se rifaron, pero la mera canción es suficiente: "Entre la cirrosis y la sobredosis andas siempre, muñeca; con tu sucia camisa y en lugar de sonrisa, una especie de mueca...", jeje, que chingonería. Y el orgasmo final pues al final, la despedida con "Pastillas para no soñar"; "y si en tus noches falta sal, para eso está el televisor, si lo que quieres es vivir cien años ¡¡¡no vivas como vivo yo!!!".


Sinceramente yo salí extasiado, y aunque ya nadie quedaba en el Auditorio, yo seguí gritando "¡¡¡Abuelo, abuelo, una de romanos abuelo!!!". Pero el abuelo nunca me hizo caso. Tuve que llegar a mi coche y ponerla en la ipod; aunque a la salida del auditorio volví a lanzar mi grito de combate:

"¡¡¡Abuelo, abuelo, una de romanos abuelo!!!".

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Momentos curiosos.
- Cuando cantó "Una canción para la Magdalena" contó la anécdota que mientras estuvo en Praga, se le acercaron unos turistas mexicanos que llevaban una niña. - ¿Usted es Joaquín Sabina, verdad? - Bueno, sí soy yo. - Sabe, esta niña se llama Magdalena en honor a su canción. - Pues esperemos que no salga igual de puta.

- En el concierto del miércoles, después de que todo el auditorio entonará la de "Y sin embargo", se volteó con Panchito Varona y le dijo "Panchito, este publico canta mejor que el de ayer, y las muchachas están mas guapas, no que los de ayer parecían todos del PAN..."

- Cuando comentó que su nuevo disco lo había grabado en compañía de su amigo poeta Benjamín Prado, el auditorio lanzó una ovación de aplausos, a lo cual Sabina dijo "¿pero porque le aplauden a él, si no está aquí?, mejor aplaudanle a Panchito que aquí está". Obviamente el auditorio volcó sus aplausos en Panchito.

- Cuando en la frase de "Una canción para la Magdalena" que dice "que hasta el hijo de un Dios una vez que la vio se fue con ella, y nunca le cobró la Magdalena" Sabina se acercaba a su corista que simulaba ser una prostituta, y cuando le ofreció unos billetes y ella se negó se volteó al público y confesó: "esto no pasa en la vida real".

"¡¡¡Abuelo, abuelo, una de romanos abuelo!!!".

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