jueves, 24 de febrero de 2011

La rebelión en Medio Oriente.

Oriente:
Las masivas manifestaciones y protestas ocurridas en Egipto y Tunez que llevaron a la destitución de sus respectivos jefes de estado, conmocionaron al mundo entero. Tales acciones han puesto al mundo árabe en el centro de la noticia. Desde hace semanas, no hay día en que no se diga algo de medio oriente. En estos momentos, otro país africano y musulman es el centro de los disturbios: sobre Libia se cierne la posibilidad de una guerra civil. Muammar al-Gaddafi, ante la ola de disturbios de la fracción opositora a su régimen, ha amenazado con limpiar Libia "casa por casa", señalando que los opositores son "terroristas que deben ser ejecutados", manotea en televisión con discursos grandilocuentes, mientras el pueblo libio se vuelca a las calles esperando lograr en su país algo similar a lo sucedido en Tunez y Egipto.

Occidente:
Occidente, mientras tanto, observa, y me refiero a sus pueblos. El europeo vitorea la valentía de los sublevados. El norteamericano aplaude su entereza para alcanzar la anhelada democracia. Algunos pueblos latinoamericanos pronostican un fin similar a las dictaduras seniles o militares en nuestro continente. Hay loas y aplausos unísonos de occidente rumbo a oriente. Esperanza de un futuro mejor para esos desdichados pueblos oprimidos. ¡De que sean reconocidos sus derechos democŕaticos plenamente como se nos son reconocidos a los que estamos de este lado del meridiano! ¡De pueblo a pueblo, con sentido fraterno, se les desea un triunfo!

Realidad:
El párrafo anterior no es dicho por los pueblos, sino por los medios y repetido consciente o inconscientemente por quien lo haya escuchado. Ningún ciudadano consciente podría desearle a otro pueblo una democracia como la nuestra. Y el ciudadano gringo tampoco debe alabar su democracia. Un puñado de individuos de clase opulenta existiendo por los partidos políticos sin más interes que hacer lo necesario para que su clase "política" y parasitaria sobreviva, todo con el fin de preservar la democracia tan amada por nuestro pueblo.

Han habido dos grandes mentiras en los ultimos 200 años, inventadas para manipular a los pueblos: el patriotismo (mejor dicho patrioterismo) y la democracia. En aras de la patria se han fraguado masacres de pueblos, exterminios masivos, aniquilamiento de naciones enteras en pro de la patria y de la nación. En nombre de la democracia igualmente han surgido revoluciones y movimientos que siempre han culminado en derramamiento de sangre y de miles y miles de muertes. Es cierto que al final de tales movimientos se han rescatado ciertos beneficios para ciertas clases sociales, pero los mayores siempre han sido para las clases más altas, las que integran el bando triunfante. En aras de un manojo de derechos universales, un puñado de hombres son los verdaderos ganadores. La URSS desapareció para que el pueblo tuviera "libertades" y se emancipara del extinto partido comunista ruso. Pero, ¿cuáles libertades consiguió el pueblo soviético?, ¿explotarse económicamente el uno sobre el otro?, ¿disfrutar un platillo de Ronald McDonald?, ¿votar? Es cierto que muchos rusos consiguieron esos pequeños lujos capitalistas, tener un mejor coche, o comprar cuantas casas quisieran, pero para la inmensa mayoría del pueblo ruso, la obtención de su "libertad" significó hambre, miseria e indiferencia.

México no es la excepción. Es cierto que la revolución mexicana trajo consigo logros sociales que antes no existían. Pero aun mantiene en el olvido a los que principalmente participaron en el movimiento: los más pobres de los pobres, sin derechos ni nada.

Aplaudir el derrumbamiento de los regímenes en medio oriente, de la forma en que están ocurriendo, es una aberración. El vacío de poder que dejan tales entes dictatoriales será dificil de ocupar, y quien lo haga lo hará para beneficio del bando que lo haya encumbrado. No esperemos que al final de todas estas revueltas, el bando triunfante sea el del pueblo, aunque así nos lo quieran presentar los medios, porque los intereses económicos en territorios tan ricos en petróleo son sumamente poderosos. Pero el análisis energético lo dejaremos para una próxima entrega.

Cuando Estados Unidos invadió Irak, los medios nos vendieron la lucha que el pueblo iraquí hizo con el ejercito aliado, hombro con hombro, en busca de alcanzar el sueño democrático y de derrocar al dictador. Años después, la realidad es que el pueblo iraquí en su conjunto, en su inmensa mayoría, no se ha beneficiado de esa lucha. Los únicos que, quizás, hayan conseguido algún beneficio habrán sido los traidores que aun a estas alturas defienden y apoyan la presencia del invasor.

Mirar una imagen televisiva y repetir lo que dijo el comunicador es muy fácil; entender el contexto de una revuelta social no lo consigues con 15 segundos de video.

sábado, 12 de febrero de 2011

De GreenBay a Aristegui

Pues a casi un mes de la última entrada, ¿qué tanto ha ocurrido?
  1. Green Bay ganó el SuperBowl sobre Pittsburgh. Que bueno. Me alegro. Caen gordos esos acereros. El trofeo Vince Lombardi regresa a la ciudad más pequeña de la NFL: regresa a casa. Gran actuación de Aaron Rodgers. Se sacudió el recuerdo del general y de Bart Starr. Toda la defensiva de Green Bay se lució pese a las lesiones. Aun no entiendo porqué Pittsburgh no corrió más; no había necesidad de lanzar tanto ni cuando estuvieron abajo por 18 puntos. En fin, bravo por los Packers.
  2. Que onda con Egipto. Primero fue Tunez, luego siguió Egipto y así seguirán cayendo algunos regímenes endebles. Muchos hacen gran alharaca del triunfo del pueblo, de la victoria por redes sociales y que es un buen golpe a los estados fallidos que oprimen al pueblo y que vendrán más. En realidad no veo la razón de estar tan contentos. Sea el país que fuera, el vacío de poder que queda tras la renuncia de un presidente, sobretodo por presiones sociales como en estos casos, permitiría que cualquier personaje ocupe ese lugar, incluso siendo aun peor que el anterior. Hay que ser muy serios en estos casos y yo no veo razones para echar las campanas al vuelo. ¿Porqué el ejército no apoyó al presidente Mubarak? ¿Por defensa del pueblo? Eso sólo puede creerlo un niño inocente. ¿Para apoyar a otro personaje? Eso es más lógico. ¿Con el beneplácito estadounidense? Por supuesto. La historia nos da notables ejemplos de cómo estos vacíos de poder traen más sufrimiento que oportunidades a los pueblos. Sólo queda esperar y observar con conocimiento.
  3. El caso de Aristegui. Es de notable hipocresía lo que dijo MVS tras el despido de Carmen Aristegui: por haber violado el código de ética. Si te pones a escuchar cualquier tipo de noticiario, el que sea, lo que menos hace es darte noticias objetivas. La mayoría del tiempo se la pasan dando su opinión los informadores, pero mezclándola con noticias reales. ¡Es una burla! Uno ya no alcanza a distinguir cuándo un comentario emitido por estas hienas de la información es una nota periodística o un comentario personal. Lo venden como libertad de expresión y esa es otra gran mentira. Carmen Aristegui debe regresar a la radio, pero no porque sea la única periodista objetiva del medio, sino porque es una voz diferente a las demás y la pluralidad siempre será enriquecedora.
  4. La presión de la Presidencia. No es nuevo que la presidencia presione a los medios para que den notas a su gusto. Así ha sido desde siempre. Por eso es notable que diarios de tendencia sumamente opositora al poder como la Jornada o Proceso hayan sobrevivido. Ahora bien, a diferencia de hace 10 años, la presidencia era quien mandaba a los medios. Ahora, Calderón tiene que hablar con Televisa y TvAzteca para saber qué desean para seguir hablando bien. El padre de Azcarraga Jean lo dijo muy bien en su tiempo: soy un soldado del presidente. Hoy, más bien diría: el presidente es un buen cliente. Claramente, las cosas han cambiado.
  5. La crisis en México. Ya no queda mucho que decir acerca de los terribles momentos de violencia que vivimos en México, consecuencia de la corrupción y la impunidad de años y de tener a los gringos de vecinos. Lo que más aterra, como dijo Serrat, es que nos acostumbremos a tanta violencia. Yo añadiría que además de acostumbrarnos, nos volvamos indiferentes.
En fin, nos vamos y para variar, hoy no habrá poesía.


Hoy no habrá poesía,
ni anhelo de abrigo,
ni yo sin sonrisa
ni tú en el olvido.

Hoy no habrá sonetos
zurcando esta noche,
ni sueños dispuestos
para mi derroche.

Hoy no habrá poeta
de esta desventura,
ni barrio tristeza,
ni calle amargura.