domingo, 26 de junio de 2011

Mirando hacia otros campos

El pedo en la vida es tomar decisiones. Cuando estás chamaco y te llaman "inmaduro", "te falta crecer", "cría" o "estas chavo", tiene que ver justamente con la toma de decisiones. No directamente con el hecho de tomarlas, si no de tomar las adecuadas.
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En septiembre de 1991, con mis primeros quince veranos a cuestas, pisé el CETis 8. Lo conocía por fuera desde años atrás. Ahora iba a estudiar ahí. ¿Quién diría que pisaría sus aulas y pasillos durante los siguientes 20 años? 20 años. No mames, ¡20 años! ¿¿¿¡¡¡Y Gardel y Lepera se atrevieron a escribir "que 20 años no es nada"!!!!???
Con 18 años y recien salidito del CETis, curtido en mate y física, en 1994 me ofrecieron quedarme a dar clase. Siempre me gustó dar clases y las venía dando (las clases) desde semestres atrás. Y así empezó esta historia, hace 17 años. El profe de mate y física era un chamaco (que se veía como de 25 años) que sabía de lo que hablaba y era un negrero. Hablo de mí mismo por supuesto. Estudiaba y daba clase. Tenía a mi novia (Dios, que nadie lea esto), un salario fijo, autoridad y respeto (aunque más usaba la primera que presumía de la segunda). Curiosamente hice más amigos ahí que en la universidad. La primera generación a la que le dí clase, los chamacos en promedio tenían mi edad: estaban los chavillos de 14 años, inocentes como yo, y los gañanes borrachos y corridos hasta de 30.
Eso fue hace muchos años. Hice muy buenos amigos en el CETis, entre maestros y de los que fueron mis alumnos. A la inmensa mayoría de alumnos que se hicieron mis amigos, pues ya no los veo. En el río, peces van y peces vienen. Pero unos cuantos coincidimos de vez en cuando en el mismo fondo del vaso. ¡Qué gusto! ¿Puedes creer que hubo una época en que no bebía alcohol? En aquellos años, cuando tenía 20, sólo tomaba una copa para no desairar a quien me la ofrecía, pero me sabía tan asqueroso cualquier clase de alcohol que no podía entender a quién podría gustarle eso.
Y así pasaron los días, los años y las generaciones; las mujeres, los amigos, los hombres y los gustos; los coches, los celulares y las canas; los que llegaron y se fueron y los que partieron a donde todos iremos un día; también llegaron los kilos de más y los prejuicios de menos; conocimos el amor, el desamor y el sexo con amor y sin amor, que casi nunca es amor pero siempre es sexo; la paciencia y la juventud, esas, nunca se fueron, porque al menos conmigo nunca estuvieron.
Y hay que decirlo, llegaron los títulos, los reconocimientos y los papers; y con ellos, los nuevos intereses. Hoy, a unos días de cumplir 20 años de haber pisado por primera vez al CETis 8 y a 17 de ser "el profesor Hidalgo" (jeje, el maistro Hidalgo me caga), es momento de recoger las canicas y decir "orita regreso". Y a ver si como cualquier buen Tobías, no regresamos. No es que no nos sintamos a gusto. Sólo que hay que probar otras cosas, eso que los bisexuales (y los polígamos) saben y disfrutan perfectamente (casi los envidio).

Irnos a otros rumbos,
a probar otras fortunas.
Quizás no haya ni una,

pero al menos intentarlo.
Porque peor a no conseguir algo,
resulta ser ni siquiera intentarlo.

Así pues, la decisión se ha tomado.
Veamos cómo se pinta el futuro
ahora que los dados se han lanzado.

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Mirar hacia otros campos,
dormir bajo otros cielos y
abrazarse en otros brazos,
que al final en esta vida,
uno siempre será uno mismo
sin importar quién te esté mirando.



PacoYago

miércoles, 15 de junio de 2011

Hablemos del amor

¿De qué hablaremos hoy? ¿De la resaca a cuestas que traigo en miércoles? ¿De los arrebatos valentones del espurio? ¿De la inocencia de Hank Rhon porque todo el circo lo hicieron mal? ¿Del gasolinazo, del triunfo de los Mavs, de la gira pospuesta de Sabina? ¿De mi incremento sustancial de consumo de alcohol?

Naaah, hablemos como dice Raphael, "hablemos del amor".

El amor, ¿cuál amor? Ciertamente como dice el Dr. Hiblert de los Simpson: "qué clase de amor, ¿el amor de un hombre por un buen tabaco?" Ah, ese sentimiento casi espiritual que todos sentimos alguna vez. Alguna vez al menos. Lo sienten los niños. También los adolescentes. Lo añoran los adultos y lo recuerdan los viejos. El amor, para algunos, el sentimiento más puro; para otros, la utopía más absurda.

Pero, ¿porqué amar? ¿Porque hacerse amar? Cuando uno ama se vuelve vulnerable de esa persona a quien ama: nada importa, sólo tú. Que digan los demás lo que quieran, lo único que me importa es lo que tú digas. Es entonces amar, deponer las armas de la defensa, entregar al ejército triunfante el estandarte de nuestro corazón. Es una invasión enemiga, que se vuelve estigma, que perfora y hunde sus cimientos en nuestra vida. Dejamos de ser propios, nuestros dueños, para ser suyos, propiedad, pertenencia, hasta que quieran.

Porque cuando amamos, dejamos de ser uno. Y pasamos a ser dos en uno mismo. Ya no pienso para mí mismo ni por mí mismo. Paso a pensar por dos. Entonces, también amar es compartir. Compartir tiempo y espacio. Mi vida es tuya y espero que la tuya sea mía. Mi ritmo de vida lo dicta el tuyo. Dejo de ser "yo", para volverme "nosotros". Respiro porque tú respiras; canto porque a ti te canto; soy yo por que eres tú de mi, ahora y siempre. Camino porque mis pasos me llevan a tu sino. Duermo porque estarás ahí conmigo, cuando despierte, al amanecer.

Y amar además es vida. La vida que me das porque sé que me amas, y me amas porque me das vida y vivo para que me ames toda la vida. No más. Y si un día dejas de amarme, regrésame la vida, porque con tu partida mi vida no es vida sin tu guía. Porque amar, junto a ti, mi vida, la rosa es más rosa, y tras tu sonrisa el sol se esconde mientras tú me realizas. Que se cierren estas cuatro paredes, porque en tu vida, con tu mirada, no hay muros ni barreras que me aprisionen ni que eviten decir que me amas y con eso llenas de vida mi vida, al igual que cuando digo que te amo.

Y el amor ciega. Desborda pasiones inundando razones que te mantedrían alerta y en sigilo. Y ciego de amor, miras luceros, miras montañas lejanas que, con sólo desearlo, escalas porque en la cima está el anhelo deseado, el sueño prohibido que despierta en su mano. Y ciego de amor, te adormeces, sufres heridas mortales y tú ni siquiera palideces, todo se vuelve nada y la nada se vuelve todo, porque de pronto, tú lo eres todo y tú lo iluminas. Y cegado besas, y ciego tocas, y ciego gritas a las mil voces "te amo mi vida", y ciego darías la vida por quien se ha vuelto hoy tus ojos.

Es cierto esto que digo del amor. Y del amar. Todos debemos, alguna vez al menos, amar. Yo amo. Hoy amo. ¡Estoy enamorado! ¡Todo lo que escribí arriba te lo digo hoy a ti! Y aquí lo reafirmo:

Te amo y no te dejaré nunca, espero que tú tampoco me dejes, mi motivo, mi único, mi querido alcohol.

Jeje pinche borracho. Para que veas lo que me haces escribir. Bendito sea el alcohol.
¡Venga Raphael!

miércoles, 1 de junio de 2011

Leonard Cohen, Príncipe de Asturias

Le otorgan a Leonard Cohen el Premio Príncipe de Asturias!
Super chido por Cohen, uno de mis favoritos. Hay que extender esta nota...
Y aquí dejo esta versión de One of us cannot be wrong... Magnífica!



I remeber you well in a Chelsea Hotel...