Nuestros pasos,
que una vez andaron juntos,
hoy acaso
no se miran, no se tocan,
no distinguen
sus siluetas de las sombras.
Lo que fue dos,
perfecta unión del tú y yo,
se ha borrado,
ni siquiera algo lejano,
ni vacío,
sólo olvido desolado.
Nuestras huellas,
los días las desdibujan,
y el silencio
las carcome, las inunda
de tu orgullo
al no decir palabra alguna.
Yo quisiera
que estos fueran, de mis versos,
los últimos
que a tu corazón escribo,
mas tus labios
siguen besando los míos.
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