domingo, 31 de enero de 2010

De extinciones y la Iglesia de la Cerrazón

Bueno hemos dejado de escribir aquí desde hace casi un mes. Así que es momento de retomar algunos temas que he dejado en suspenso.

La lucha del SME.
Hace casi seis meses, el gobierno estadísticamente espurio de origen decidió a través de un decreto de extinción desaparecer Luz y Fuerza del Centro (LyFC). Sus trabajadores y el sindicato que los agremia han sido objeto de una cadena interminable de mentiras y calumnias por parte de los medios masivos de comunicación. Por radio y televisión pasan spots planteando mentiras y exageraciones que cualquier persona que dedicara unos minutos a razonar respecto al problema sabría que no es más que una cortina de humo. Lamentablemente no lo hacen.
Mucha gente se queja de que los trabajadores de LyFC no hacían nada, eran unos güevones y corruptos que vivían de los impuestos de la gente y que cobraban muy bien. Eso es cierto parcialmente. Que la gente de este país se queje de que los trabajadores de tal o cual institución de gobierno sea corrupta es similar a quejarse de que los habitantes en este país sean morenos chaparritos bigotones: la corrupción está muy enraizada en nuestro quehacer gubernamental y cotidiano. Es un mal terrible, cierto, pero innegable. Siguiendo ese principio de corrupción, ¿cuántas instituciones en este país se salvarían de una inminente extinción? ¿La PGR, SHCP, IMSS o el IFE acaso? Pues no. ¡Ni la presidencia de la República se salvaría! Es claro que la muerte del gato no se debió a que tuviera cola y cuatro patas. La otra causa que busca justificar la extinción es porque era una empresa anticuada, con tecnología de tiempos arcaicos y un pésimo servicio a los clientes hasta para la más elemental de las funciones como sería pagar el recibo bimestral de luz. Aquí hay que distinguir dos cosas: una de ellas, es que llegues a la sucursal y no recibas ni las atenciones más pedestres de los trabajadores, como sería un "buenos días" enmarcado por un falsa sonrisa. A mí en muchos casos me tocaron esos gratos personajes comiendo la torta mientras a ti se te hace tarde por llegar al trabajo. ¿Tiene culpa el trabajador de actuar así? Desde luego. Pero la parte administrativa de la empresa también. Los que están en el escritorio que se dedican justamente a administrar los recursos materiales, económicos y humanos tienen una gran dosis de culpa. La otra cuestión importante es lo referente a la tecnología. Pagar la luz se había quedado en el pasado. Y me refiero al estilo de hacerlo. Era como ir a la leche (para quienes alguna vez lo hayan hecho o sigan haciéndolo). Tenías que llegar muy temprano, hacer fila como 2 horas para alcanzar a salir a tiempo y llegar al trabajo. ¿Tienen la culpa los trabajadores por hacer un servicio tan arcaico? No veo como. ¿Tiene la parte administrativa culpa de esto? Totalmente. Igualmente otra de las grandes quejas de la gente era que tenían privilegios enormes como trabajadores. Esta es la parte que menos entiendo. Sus comentarios eran algo así como estos: "Yo tengo 1 semana de vacaciones al año; los electricistas tienen un mes; yo no recibo aguinaldo porque estoy por honorarios, ellos reciben 90 días de aguinaldo; ellos tienen seguro médico y enormes prestaciones, yo no tengo nada de eso; yo trabajo más que ellos y ellos nomás de güevones en sus camiones. ¡Basta de estarlos manteniendo!" Una rabieta de envidia más grande no puedo escribir. En lugar de pensar "ellos tienen mucho, deberían tener lo mismo raquítico que yo" se debería pensar "ellos tienen mucho, debería yo de tener lo mismo que ellos". Es a lo mínimo que aspiramos. Puedo explayarme demasiado en este tema. Pero sólo me centraré en un hecho contundente. No había nada de ilegal en las prestaciones que tenían los trabajadores (tomando en cuenta que la gran mayoría de los trabajadores de base ganaba alrededor de 6 mil pesos mensuales). Al final de cuentas cada vez que renovaban su contrato colectivo de trabajo se sentaban los directivos-administrativos de LyFC y la representación de los trabajadores. Ambas partes firmaban y el acuerdo estaba hecho. No veo la ilegalidad en ese hecho. Ojalá todos los trabajadores en este país pudieran hacer eso. Sentarse con su jefe a negociar el contrato por el que se volverá empleado. Lamentablemente, la filosofía laboral en este país ahora se basa en: "Si no te gusta lárgate. ¿Ves esa fila? Todos ellos aceptarían este empleo por menos de lo que te ofrezco.". He ahí la importancia y necesidad de que en un modelo económico de explotación como el nuestro exista un fuente inagotable de pobres dispuestos a malbaratar su fuerza de trabajo.

En fin. No hay modo de evitar la siguiente conclusión: La cúpula que dirigía a LyFC había decidido desde hace muchos años no dedicar peso alguno a la modernización de la empresa. ¿Con qué fin? Pues con el mismo fin con que Don Pancho el de la tiendita de la esquina ya no le mete dinero a su negocio: finalmente venderlo. Lo primero que ha negado el gobierno federal. Claro. No se vende. Sólo se trata de colaboraciones estratégicas.

La lucha del sindicato mexicano de electricistas es el mejor ejemplo vigente de la lucha de clases. Los ricos poderosos mueven sus piezas para ganar más y controlar más mercados. Los obreros deben organizarse para conseguir llevar a su mesa el pan de cada día. Dos lados totalmente opuestos. Y cada quien debe asumir el bando que tomará. Por mis principios y convicciones es necesario ponerme del lado de los que al final, tarde o temprano, triunfarán. La clase obrera.


La Iglesia, cuna de la cerrazón.
Con la modificación a la definición de matrimonio en el código civil de la ciudad de México, los homosexuales han ganado un conjunto de derechos impensables hasta hace unos años. En resumen, que jurídicamente se reconoce la existencia de las uniones homosexuales con los mismos derechos y obligaciones que una pareja heterosexual. Con ello, los homosexuales unidos legalmente en matrimonio pueden heredar, solicitar bienes mancomunados y créditos para vivienda o negocio, acercarse a la adopción, divorciarse, solicitar visita conyugal si alguno se encuentra en prisión y ser, el uno del otro, figura legal. No me cabe en la cabeza que a estas alturas de nuestra civilización alguien siga pensando en el matrimonio, pero en fin, cada quien puede hacer de su vida lo que quiera. Sin embargo, los grupos conservadores encabezados por la Iglesia en muchas de sus misceláneas representaciones (más bien interpretaciones) alzan la voz, atrayendo micrófonos y cámaras, encolerizados por el rumbo de desmoralización y sodomía que tal modificación traerá consigo a una de por sí ya vapuleada sociedad de la ciudad de México.
La parte fascinante es escuchar la serie de "argumentos" que la Iglesia expone para defender su posición extrema. Citaré y desentrañaré, desde mi aletargado pero siempre crítico punto de vista, al menos los que más recuerdo y que todo mundo en la calle repite como verdad indudable.

1. La homosexualidad es algo antinatural. Cuando oigo este comentario grito inmediatamente esté donde esté "¿qué quieres decir con antinatural?". La respuesta será obvia, "antinatural es lo que no es natural". Vaya, la lógica se impone. Veamos la argumentativa. ¿Y cómo defines qué es natural? Y es aquí donde no definen absolutamente nada, sólo alcanzan a dar los mismos raídos ejemplos de siempre.
  • Un hombre con una mujer es lo natural. ¡Pero si no has dicho nada! Puro círculo vicioso. A = B. ¿Porqué? Pues porque B = A. Fascinante, ¿no?
  • Nunca he visto perros machos apareándose. ¡Todos hemos visto perros machos apareándose! Chiquitos cogiéndose a grandotes, negros tirándose blancos. De todo tipo de combinaciones en apareamiento de perros. ¡Más numerosas que las existentes en cualquier manual de cabecera de un director de cine porno! Siguiendo la lógica natural, lo antinatural es ver parejas de perros eternas. Son raros que dos perros sigan juntos "hasta que la muerte los separe". Por supuesto que hay casos, sobretodo si los perros viven en el mismo techo.
  • Si una relación sexual es para procrear hijos, es antinatural que lo hagan dos hombres o dos mujeres. Con el entendimiento de la anatomía reproductiva y nuestra capacidad y alcance sexual está comprobado que una relación sexual entre dos hombres o entre dos mujeres no permite que uno de ellos se embarace. Sin embargo, ¿el único fin de la cópula es perpetuar la especie? Quien lo asuma como tal está en todo su derecho de decidirlo así: cada vez que le ponga poncho al niño será para tener hijos. Esa persona tiene y debe tener la libertar de asumir esa decisión. Pero no hay evidencia científica para declararlo una verdad. Y creo que son una minoría los que deciden aparearse exclusivamente para preñarse, vinculada quizás directamente con una ignorancia sexual, sobretodo en las mujeres.
  • Dios creó Adan y le dio por compañera a Eva; ni creó dos Adanes ni dos Evas. Bueno aquí partimos de una de esas verdades que la Iglesia cree indudables. Pero la religión es un acto de fe. Yo no puedo asumir que eso sea cierto. No creo en eso. No tengo fe en eso. ¿Porqué los demás deben asumirlos como verdad absoluta? Además pobre Eva. Ni le dio chance Dios de escoger. Ni tampoco a Adán.
2. La unión Gay es un ataque directo a la familia. ¿En qué sentido es un ataque a la familia? ¡Por favor. que me expliquen! ¡No entiendo este argumento! ¿La existencia de homosexuales conduce inevitablemente a la desaparición de los heterosexuales? ¿Cómo puede ser esto posible? ¿Jeje, porque un heterosexual vea una pareja homosexual besándose se volverá homosexual? Jeje, si esto pasa es que era un homosexual de closeth y lo que vio pues se le antojó, jeje. Es absurdo este argumento. Nadie se vuelve homosexual por tener contacto con homosexuales. No es una enfermedad, no hay un proceso de adicción, no hay un dogma embrutecedor que te hace volverte gay, jeje. Pero quizás esto no es lo que la Santísima Iglesia nos quiere decir con "un ataque directo a la familia". Lo que la Iglesia quiere decir es: "no hay otra definición de familia más que la que dicto yo. Unidos en sagrado sacramento ante los ojos de Dios, hasta que la muerte los separe.". Eso es lo que significa el ataque a la familia. La Iglesia no permite otra figura más que la que ellos arguyen. Las madres solteras, los divorciados, los casados por enésima vez, solteros mujeriegos empedernidos o las uniones libres, todas ellas, absolutamente todas, atacan a la familia concebida por la Iglesia, no teniendo al final más destino que pudrirse en el infierno si no enmiendan el camino. Impresionante cómo mimetizan y lanzan su ataque a todos los frentes, ¿no? Ellos defienden lo que dictan sus dogmas y quieren inculcarlo (o imponerlo, escojan el verbo) a sus feligreces y están en su derecho de hacerlo. Pero vuelvo al apartado anterior, si yo no creo en los principios emanados por el Dios de las Iglesias, ¿porqué se me debe imponer eso? ¡Qué se imponga a los que quieren pertenecer a esa secta! ¡Si yo quiero pertenecer a esas sectas o congregaciones deberé seguir todos esos misteriosos ritos oscuros como el bautismo, la confirmación, la comunión, etc., etc.! Pero si no quiero pertenecer, si no pertenezco a esas sectas, si no me interesan esos dogmas incuestionables, porqué tengo que asumirlos como hechos obligados, al extremo incluso de ser señalado por la sociedad si no cumplo con los rituales precisados por las Leyes Divinas del Dios Todopoderoso. Si yo vivo en una colonia donde todo mundo le va al América y yo le voy al CruzAzul, ¿qué puedo esperar de mi comunidad? ¿Rechazo, exclusión, aislamiento, incluso agresión? ¿Debo salir de mi lugar o buscar respeto? ¿O mejor debo sentarme y llorar y preguntarme porqué le voy al CruzAzul y no al Amércia? ¿O cambiarme de equipo? ¿Quién es el antinatural en este caso? Creo que el punto, más claro no se puede plantear.

Es aquí entonces que llegamos a la necesidad de que exista un Estado que vigile que las leyes que imperen sean las escritas por el hombre, dejando a las "promulgadas por Dios" para las reuniones en la casa de Dios que son similares a las que se llevan a cabo los domingos de futbol en el Azteca. Otro día hablaré sobre la necesidad de un Estado Laico.

En fin, debatir con la Iglesia es un completo absurdo. Y por fin acabé... Les dejo a Paul McCartney & Wings, Band on the Run del album homónimo.


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