¿Cuántos lamentos incitan los osados?;
¿cuántas caricias se desbordan sin control
cuando uno se torna, más que humano,
en emancipador del dolor?
¿Cuanta pasión engendran los descorazonados
que no miden sus razones
más que por los besos entregados
a descaro y sin rencor?
¡Qué desgano me provoca tu cintura!
¡Qué matices difuminan tu perfil!
Sombra y luces se entrecruzan,
renazco y muero ya por ti.
¡Qué bendición enciende tu boca!,
¡qué centella ilumina tu fulgor!
¡qué claridad matiza mi poema,
la misma que me hace hablar de amor!
¡Qué modestia en su conciencia
brindas a los elegidos!
la que sólo en tu presencia
el cojo baila en charcos que son ríos.
¿cuántas caricias se desbordan sin control
cuando uno se torna, más que humano,
en emancipador del dolor?
¿Cuanta pasión engendran los descorazonados
que no miden sus razones
más que por los besos entregados
a descaro y sin rencor?
¡Qué desgano me provoca tu cintura!
¡Qué matices difuminan tu perfil!
Sombra y luces se entrecruzan,
renazco y muero ya por ti.
¡Qué bendición enciende tu boca!,
¡qué centella ilumina tu fulgor!
¡qué claridad matiza mi poema,
la misma que me hace hablar de amor!
¡Qué modestia en su conciencia
brindas a los elegidos!
la que sólo en tu presencia
el cojo baila en charcos que son ríos.
¡¡Bendito sea el alcohol!!
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