jueves, 20 de enero de 2011

Una Carroña

El siguiente texto fue la misiva que envié al círculo literario en el que participo aquí en el IFUNAM con motivo de mi, muy lamentable, decisión de no continuar al menos temporalmente en esas ondas líricas, reconfortantes por cierto. Quise compartirlo con todos ustedes por la sencilla razón que es mi blog y puedo poner prácticamente lo que quiera, además de que por lo general me gusta todo lo que escribo. Los compañeros decidieron llamar al círculo literario "Una carroña", con motivo del poema homónimo de Charles Baudelaire.

Sobran las palabras (pequeñas aves
escurridizas, poderosas) para
decir muy a mi pesar, con tristeza,
no habrá más "Una Carroña" en mi mesa
que mi gula poética apagara,
hiriéndome como afilados sables.

La responsabilidad (mal de algunos,
bien de pocos) se retuerce en mi espalda:
premuras, candidaturas, seguidas
de algunas injurias, cortas diatribas,
claman mi atención. ¿Dónde hallar la calma
que hace al verso nuestro último refugio?

Baudelaire puede esperar, como todo,
tiempos mejores. Tiempos que permitan
sentir a Neruda siendo hoy rescoldo,
y a Borges con su palabra precisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario