Para los camaradas que no estén en la ciudad de México y no sepan de qué coños hablamos, el Alcoholímetro es un programa implementado en la ciudad de México, que lleva alrededor de 9 años y que tiene como objetivo disminuir los accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de alcohol. En general, este programa consiste en que jueves, viernes, sábado y algún día extra al azar (de esto no estoy muy seguro) en horario nocturno, policías cierran parcialmente avenidas muy transitadas o donde ocurren con frecuencia accidentes automovilísticos o cercanos a bares y antros, y se hace una revisión de los conductores para saber si han consumido alcohol y si están aptos para
conducir. La revisión consiste en dos posibles etapas. A la primera la llamaremos oler el tufo. Literalmente te huelen el tufo; esto es, un policía mete su cabezota a tu vehículo y te hace alguna pregunta para ver si hay rastros de alcohol en tu oloroso aliento o en la propia atmósfera de tu vehículo. Si el uniformado no detectara nada, sin problema te diría que continuaras tu camino. Si por el contrario, confiesas haber consumido alcohol o al oficial le llega el tufo, pasarías a la siguiente etapa. A ésta la llamaremos, ¡sóplale bien, carnal!. En esta etapa, te piden cortesmente que te orilles, apagues tu vehículo y bajes de él, para que posteriormente te hagan la medición del nivel de alcohol presente en tu aliento. Para ello tendrás que soplar a través de un popote que va directo a un detector que parece multímetro. Te dirán que tienes que seguir soplando hasta escuchar un "bleep" del aparato. Si le haces
al buey y empiezas a fingir que soplas pero no soplas, te dirán que le soples bien, que así no va a detectar nada. La soplada correcta, que es medio prolongada, dura como unos 3 o 4 segundos y es entonces cuando suena el tal "bleep". Te retiran de la boca el aparato y a tu vista empiezas a ver cómo los numeritos comienzan a moverse, mostrando que está midiendo tu cantidad de alcohol en tu aliento. Y es aquí donde viene la parte que hace roncha: no importa si estás sobrio o bien pedo, que sigas tu camino o que te cargue el payaso depende exclusivamente del numerito que marque el aparatejo ese. Si tu medición es por debajo de 0.40 ¡que suertudo cabrón!, pero si sale mayor al 0.40, pues vete preparando para amanecer guardado en el famoso Torito.
Sí, ya sé que debí escribir 0.4 pero neto para los oficiales, jueces,
custodios, médicos, para todo mundo una cosa es 0.4 y otra 0.40, ya
saben ustedes y por supuesto que es un rollo lo de la medición si me preguntan a mi. Primera pregunta, ¿porqué el nivel es 0.4 mg/l de alcohol? Que tu libertad de casi un día entero dependa de la medición de un aparatito pues da de qué pensar. Si estará bien calibrado, si estará funcionando óptimamente, etc., son cosas que uno se pone a pensar cuando le está soplando. Creo que al menos debería añadirse previo a la medición del aparatito una revisión visual del conductor para saber su grado de alcoholización. Si arrastra la lengua, si tiene dificultades para responder o para liar ideas, si no puede ni salir de su vehículo pues lo mandas directamente a la medición del aparatito y seguramente saldrá con los niveles disparados. Pero si pasa la prueba visual, pues lo dejas continuar su camino. Todos respondemos de manera diferente al consumo de alcohol y creo que al menos una inspección visual en primer plano sería conveniente. En fin, no estoy de acuerdo que una simple medición sea lo que decida si te quedarás guardado toda una noche o no. Bien, continuemos. ¿Qué prosigue si rebaso el mentado 0.40? De entrada, hazte a la idea que ya valió tu noche y tu día siguiente, al menos. No habrá modo de que te zafes. O al menos no tan fácilmente. Si vienes acompañado, le preguntarán a tu acompañante si bebió alcohol. Si bebió entonces le preguntarán que si se puede llevar tu vehículo. Si no puede llevárselo, o bebió alcohol o viajabas solo pues vete haciendo a la idea que tu coche se irá al corralón, arrastrado por esas pinches grúas que no se fijan si lo hacen bien o mal, le pondrán los molestos pegotes esos en puertas, cofre y cajuela y tendrás que pagar tu multa correspondiente, además de que tendrás que averiguar a cuál corralón lo llevaron. Esto es fácil. Sólo llamas a Locatel (5658111), das las placas y datos de tu vehículo y ahí te dirán dónde está. No olvides preguntar qué documentos necesitas, porque es diferente si el vehículo es particular o si es de empresa. Y necesitarás copias de esos documentos, así que si alguien te puede acompañar en coche pues qué mejor, porque luego alrededor de esos corralones no hay nada para sacar copias. Claro, de todo esto te preocuparás después de que salgas de tu encierro en el Torito.
Después de que te hicieron tu lectura en el chupómetro y que rebasaste el 0.40, el médico que está ahí en el retén levantará el reporte. Te pedirá tus datos generales, que de dónde vienes, a dónde te dirigías, cuántos tragos te tomaste (siempre son entre 2 o 3 cervezas). Te dirán que según el reglamento de la ciudad de México, violaste el artículo tal porque manejabas con un nivel elevado de alcohol e incurriste en una falta, por lo que deberán trasladarte ante el juez de lo civil para que te dicte la sentencia que deberás purgar. Por cierto, y antes de continuar, debo decir que no hay modo que des mordida. Hay como 30 personajes en los retenes, además de cámaras de video. Es imposible llegar a un acuerdo con alguien. No hay modo. Yo lo entiendo de esta manera: este es un programa que quiere hacer lucir a la ciudad de México como de primer mundo en prevención de accidentes vinculados con el consumo de alcohol, por ello debe evitarse a toda costa la mordida. Habiendo 30 sujetos, ¿a quién sobornas? En fin, pueden intentarlo pero lo único que podrían ocasionar sería empeorar su condena. Ya con tu reporte en mano de algún oficial, te introducirán en uno de sus vehículos y empieza el viaje. Si te estas miando, que suele ocurrir después de venir de una fiesta, pues les dices "oficial, me estoy miando, ¿qué hago?". Si el oficial está de buenas, seguramente te harán casita y te dejarán orinar en plena vía pública. Total, ya te vas detenido, mejor que vayas cómodo. Una vez dentro del vehículo y con dos o tres policías únicamente, pues puedes intentar el soborno, pero no servirá de mucho: el reporte está levantado y ya te están esperando en el Torito. Y ahora en la patrulla, te llevarán a otro retén y a otro, no sólo para llevarse a otros detenidos como tú, sino porque en uno de esos retenes se encuentra el juez que te dictará sentencia. La sentencia mínima es de 20 horas de arresto. Y es aquí donde viene la otra nota importante: si ya te agarraron y vas bien pedo o estás encabronado, neto, no te desquites con los oficiales ni hagas desmadre. Si levantan la queja que te pusiste necio, que no puedes ni hablar o que vienes muy mal, el juez puede ponerte una condena mayor a la mínima. Y ahí sí está cabrón. Conozco testimonios de tipos que se gritonearon con un policía o lo empujaron o le aventaron los condones a la juez al estar encabronados y les dictaron 36 horas por sus escenitas. Ya te ensartaron. Ni modo. Mejor sereno y tranquilo. Una vez que te presenten ante el juez, te toman tu declaración, firmas, firmas, firmas y te dictan tu sentencia, esperando, neto, que sea la mínima. Es a partir de este momento que empiezan a contar tus horas de arresto. Si desde que te detuvieron hasta la hora en que te llevaron ante el juez pasaron 2 o 3 horas, pues qué mal pedo. No cuentan. Empiezan a contar hasta que tomaron tu declaración y que el juez dictó sentencia.
Ya con tu sentencia, tu siguiente parada es el Torito. Durante todo este momento, puedes hacer llamadas y mensajearte con tu gente usando tu celular. Si tienes que avisarle a alguien que no vas a llegar, pues hazlo. Los policías no te dicen nada. A menos, insisto, que te pongas necio y que te sientas la influencia más potente en medio oriente. Avísale a alguien lo que te pasó, no para que mueva sus influencias y te saque, sino para que alguien sepa dónde estás y no empiecen a pensar cosas extremas, como que te levantaron, andas en tu desmadre o de plano sufriste abducción por un ovni. También te sirve para que te vayan a visitar a tu encierro. Son al menos 20 largas horas que tendrás que pasar ahí dentro, dependiendo de tu condena. Una vez que llegas al famoso Torito, ubicado muy cerca del metro Tacuba, lo primero que te harán será leerte la cartilla de las reglas generales de ahí adentro. Obvio, te las recita un custodio mal encarado. Respeto aquí, respeto allá. "No vienen a curársela señores, ni vienen a dormir, vienen a cumplir una condena", es lo primero que te dicen. Y es en este punto, cuando has ingresado al Torito donde ya tienes que apagar tu celular. Ya no puedes comunicarte con el exterior porque ya llegaste al centro de sanciones administrativas. Te pasarán con el médico legista para ver cómo llegas y después a la "aduana", no se si se llame así, pero es donde tienes que entregar todas tus cosas y que serán guardadas hasta que salgas: agujetas, cartera, celular, cinturón, reloj, dinero, todo, absolutamente todo, no puedes meter nada a tu encierro. No te preocupes por tu cosas, mientras se van guardando, se va enlistando una por una detalladamente. Nada se pierde. Al menos eso me han dicho jeje. Y cuando entregas todo, y tienes tu recibo, es cuando un custodio grita: ¡Ingreso!, anunciando que ya vas para adentro.
Ahora a pasar el tiempo. 20 horas cuando menos. Te dan tus tres comidas que tú sabrás si consumes o no. En la comida te ofrecen la famosa pancita para la cruda. Después de comer tienes que lavar tu batea donde te dan tu comida. Y auténticamente es como batea de cerdos, me han contado. Los baños no son un ejemplo de limpieza pero al menos están más limpios que los de ciertas plazas, aunque eso sí no tienen puertitas por si quieres un poco de privacidad para cagar a gusto. Te pasan lista dos veces, en la mañana y luego en la noche, y te repiten que no puedes tener celular, ni dinero, ni cadenas, ni aretes, ni nada. Si los tuvieras te invitan a que los entregues. En ningún momento te dejan dormir. Te mantienen despierto además de que no hay mucha comodidad. Y también esperando que durante tu encierro no haga mucho frío, o lleves un buen abrigo, porque eso de usar las cobijas seguro enchinchadas pues no es muy buena opción. En algún momento te hace una entrevista el de trabajo social. ¿Casado?, ¿soltero?, ¿algún familiar sabe que está aquí?, ¿cuánto alcohol consume a la semana?, etc. Ya sabrás tú que contestas. Y es aquí donde te indican a qué hora saldrás, para que se los comuniques a tus familiares, o vayas previendo cómo saldrás de ahí. Es Tacuba y los rumbos están feos. Durante tu encierro te pasan películas, obvio de superación o relacionadas con el alcohol, o te dan chance de estar en la biblioteca donde puedes perder el tiempo leyendo algo. La biblioteca es atendida por una señoras muy lindas que en todo momento te regañan como si estuvieras en la primaria. "A ver chicos, no quieren que llamemos a los custodios, ¿verdad?, así que mejor calladitos y no pueden salir sin permiso". Porque cabe mencionar que es un centro de sanciones administrativas, o sea, cae de todo. Compartirás encierro con franeleros, teporochos, los que andaban moneando o indigentes. Y por supuesto, no falta el wey influyente, de traje y toda la onda que está esperando que llegue su abogado con su amparo, que se pasea de un lado a otro mirando con desprecio a uno que otro valedor. El amparo no sirve, a menos que tengas una urgencia impostergable. Es para lo único que sirve, para cambiar la fecha de tus horas de encierro, pero de que tienes que pagar las horas de tu encierro pues lo tienes que hacer. Y de manera increíble, hay una tiendita adentro del torito. Sí, increíble. Venden de todo, bueno lo de una tiendita pues. Papitas, maruchan, refrescos, por si prefieres comer algo de ahí y no de lo que te ofrecen. Lo que pidas, te lo anotan en una lista y cuando la tiendita cierra pues te pasan a la aduana, donde dejaste tu dinero y ya liquidas. Si necesitas comunicarte con tu gente, desde adentro hay teléfonos públicos que funcionan con tarjeta telefónica, que es lo único que te dejan pasar. El horario de visitas es de 3 a 5 si mal no recuerdo. Digo, me han dicho. Te pueden traer comida tus familiares y pues también es bueno que te visiten para perder el tiempo, para distraerte. También te pueden llevar papel de baño, porque en algún momento te entregan un poco de papel y te hacen firmar; claro, son como cinco cuadritos. Obvio no faltan los testimonios de AA para ayuda y en la tarde hay misa por el grupo de católicos laicos, porque según ellos, todos somos laicos desde el momento en que recibimos el bautismo. Ni yo entiendo eso que dijeron, pero así dijeron. "Nosotros no somos religiosos, que quede claro. Nosotros somos laicos, porque todos somos laicos desde el momento en que recibimos el bautismo. Ahora recemos...". Después de la cena que se sirve a las 7, te vuelven a pasar lista. Y después de las 8 ya te pasan a las celdas. Prácticamente durante tu estancia sólo estás al final en las celdas, cuando es la hora de dormir. Y así. A seguir perdiendo el tiempo con los cuates que ya habrás hecho ahí. A esperar que alguien grite tu nombre y la neta sí son puntuales. Bueno, eso me han contado.
Cuando gritan por fin tu nombre, pues pasas nuevamente con el médico legista para que firmes en qué condiciones sales. Te entregan tus cosas, firmas, firmas, firmas y ahora sí, a salir y ver si alguien te espera afuera.
Pues espero que esta narración del primo de mi amigo les sirva como previo si es que algún día tienen la mala fortuna de caer en el Torito. Es algo que no se lo deseo a nadie. Es una weba total de perdedera de tiempo. Y si ni pedo vas, pues peor. Aunque pensándolo bien, lo peor sería llegar ahí bien pedo. ¿Cómo te la curas? ¡Sería espantoso! Bueno, creo yo. Porque de todo esto, pues a mi me lo contaron.
Anécdotas cagadas.
¿O no?
Ahora a pasar el tiempo. 20 horas cuando menos. Te dan tus tres comidas que tú sabrás si consumes o no. En la comida te ofrecen la famosa pancita para la cruda. Después de comer tienes que lavar tu batea donde te dan tu comida. Y auténticamente es como batea de cerdos, me han contado. Los baños no son un ejemplo de limpieza pero al menos están más limpios que los de ciertas plazas, aunque eso sí no tienen puertitas por si quieres un poco de privacidad para cagar a gusto. Te pasan lista dos veces, en la mañana y luego en la noche, y te repiten que no puedes tener celular, ni dinero, ni cadenas, ni aretes, ni nada. Si los tuvieras te invitan a que los entregues. En ningún momento te dejan dormir. Te mantienen despierto además de que no hay mucha comodidad. Y también esperando que durante tu encierro no haga mucho frío, o lleves un buen abrigo, porque eso de usar las cobijas seguro enchinchadas pues no es muy buena opción. En algún momento te hace una entrevista el de trabajo social. ¿Casado?, ¿soltero?, ¿algún familiar sabe que está aquí?, ¿cuánto alcohol consume a la semana?, etc. Ya sabrás tú que contestas. Y es aquí donde te indican a qué hora saldrás, para que se los comuniques a tus familiares, o vayas previendo cómo saldrás de ahí. Es Tacuba y los rumbos están feos. Durante tu encierro te pasan películas, obvio de superación o relacionadas con el alcohol, o te dan chance de estar en la biblioteca donde puedes perder el tiempo leyendo algo. La biblioteca es atendida por una señoras muy lindas que en todo momento te regañan como si estuvieras en la primaria. "A ver chicos, no quieren que llamemos a los custodios, ¿verdad?, así que mejor calladitos y no pueden salir sin permiso". Porque cabe mencionar que es un centro de sanciones administrativas, o sea, cae de todo. Compartirás encierro con franeleros, teporochos, los que andaban moneando o indigentes. Y por supuesto, no falta el wey influyente, de traje y toda la onda que está esperando que llegue su abogado con su amparo, que se pasea de un lado a otro mirando con desprecio a uno que otro valedor. El amparo no sirve, a menos que tengas una urgencia impostergable. Es para lo único que sirve, para cambiar la fecha de tus horas de encierro, pero de que tienes que pagar las horas de tu encierro pues lo tienes que hacer. Y de manera increíble, hay una tiendita adentro del torito. Sí, increíble. Venden de todo, bueno lo de una tiendita pues. Papitas, maruchan, refrescos, por si prefieres comer algo de ahí y no de lo que te ofrecen. Lo que pidas, te lo anotan en una lista y cuando la tiendita cierra pues te pasan a la aduana, donde dejaste tu dinero y ya liquidas. Si necesitas comunicarte con tu gente, desde adentro hay teléfonos públicos que funcionan con tarjeta telefónica, que es lo único que te dejan pasar. El horario de visitas es de 3 a 5 si mal no recuerdo. Digo, me han dicho. Te pueden traer comida tus familiares y pues también es bueno que te visiten para perder el tiempo, para distraerte. También te pueden llevar papel de baño, porque en algún momento te entregan un poco de papel y te hacen firmar; claro, son como cinco cuadritos. Obvio no faltan los testimonios de AA para ayuda y en la tarde hay misa por el grupo de católicos laicos, porque según ellos, todos somos laicos desde el momento en que recibimos el bautismo. Ni yo entiendo eso que dijeron, pero así dijeron. "Nosotros no somos religiosos, que quede claro. Nosotros somos laicos, porque todos somos laicos desde el momento en que recibimos el bautismo. Ahora recemos...". Después de la cena que se sirve a las 7, te vuelven a pasar lista. Y después de las 8 ya te pasan a las celdas. Prácticamente durante tu estancia sólo estás al final en las celdas, cuando es la hora de dormir. Y así. A seguir perdiendo el tiempo con los cuates que ya habrás hecho ahí. A esperar que alguien grite tu nombre y la neta sí son puntuales. Bueno, eso me han contado.
Cuando gritan por fin tu nombre, pues pasas nuevamente con el médico legista para que firmes en qué condiciones sales. Te entregan tus cosas, firmas, firmas, firmas y ahora sí, a salir y ver si alguien te espera afuera.
Pues espero que esta narración del primo de mi amigo les sirva como previo si es que algún día tienen la mala fortuna de caer en el Torito. Es algo que no se lo deseo a nadie. Es una weba total de perdedera de tiempo. Y si ni pedo vas, pues peor. Aunque pensándolo bien, lo peor sería llegar ahí bien pedo. ¿Cómo te la curas? ¡Sería espantoso! Bueno, creo yo. Porque de todo esto, pues a mi me lo contaron.
Anécdotas cagadas.
- Nunca falta el wey influyente que en todo momento quiere hablar con el sargento, y no para de preguntar si ya llegó su abogado.
- ¡Aguas con el NegroPingaGrande!
- En todo momento quieres saber qué hora es.
- No falta el wey que ya ha caído más de tres veces por la misma razón y que se las sabe de todas, todas.
- Jeje tampoco falta el wey arrepentidísimo: "No mames, yo iba a ponerle con mi vieja y mira dónde acabo. Me encabroné tanto que le aventé los condones a la juez y me aventó 28 horas de encierro. Pero la neta no vuelvo a beber, me cae de madre. Si me viera mi jefe, santa madriza que me daría. A ver si no me corren de la chamba".
- Tampoco falta el wey que nunca bebe, y que ese día bebió tres cervezas, llevó a sus padres a una fiesta y mira donde acabó, con una lectura 5 veces mayor que la permitida, y totalmente sobrio, sin entender cómo pudo ocurrir.
- He escuchado varios testimonios y relatos de AA en otros lugares, pero nunca tan crudos como los que escuché aquí.
- Chingón que lleguen los de Clínica Condesa a dar su plática, la cual la dio una señora. Abierto, claro y sin tapujos. No faltaban los weyes que se reían.
- Muy cagado que cuando ya gritan tu nombre y que anuncia que ya sales, todos tus compañeros te aplauden y echan porras.
- Que tus familiares durante la hora de visita te hayan llevado un rollo de papel de baño no tiene precio.
- Que a tu salida, tus compañeros de celda te griten: "¡No mames, deja el papel de baño!", y tú contestes: "¡No mames, me lo encargaron!" , jeje es una reverenda mamada y no tiene precio.
- Que al final salgas y te estén esperando tus cuates con los que ibas en la peda y traigan cara de "wey, discúlpanos", además de un pomo, un balón de los Raiders y una bolsa de Chachitos de regalo, pues tampoco tiene precio.
- Que llegue tu cuate con su ex y ella te quiera regañar, pues tampoco tiene precio. Casi puedes pensar que tu infortunio los reunió otra vez.
- Y que también llegara el wey con el que siempre andas de pedo y concluyas: ya me tocaba.
- ¿Es un mito el NegroPingaGrande? ¡No, no es un mito! ¡Aguas!

Hola, me gusto mucho tu relato,a no perdón el del primo de tu amigo, no sé si alguien entre aqui y solo lea se rían un rato y no agradezcan por tanto esfuerzo y ayuda, yo entre aquí por que se llevaron a mi amor y quiria saber como va a estar me sirvió de mucho saber que si dejan hacer visitas así que iré a llevarle comidita y un rollo de papel, lo que no me queda claro es: que dices que esta en tacuba??? Porque al que lo. Llevaron esta en ECATEPEC, bueno muchas gracias y muy bueno el relato.
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