Ya es el colmo con este cabrón hijo de puta. Nomás a besarle las patas a los que lo pusieron en la silla. El desprecio por la clase trabajadora es peor que en los tiempos de Porfirio Díaz. ¡Levantamiento armado la solución!
Nada de desalojo pacífico.
La Jornada: Astillero
No hay comentarios:
Publicar un comentario